Vale, vale, Maridín ha quedado quinto y ahora está que no hay quién le tosa. Pero... ¿y lo bien que yo me lo pasé?, ¿eh?
Chicos, sin parangón, sólo recuerdo una vez en la que me reí tanto y fue cuando Isa Gutierrez nos contó un rifi-rafe entre Juan Triviño y Lolita, pero esa es otra historia.
Ésta comienza el sábado 24 de marzo, como siempre mi vida va a matacaballo y casi pienso las cosas cuando las tengo encima. En esta ocasión también ocurrió así y sin quererlo me encontré a las 11:00 rodeada de cuerpos fibrosos, mallas ajustadas, camisetas térmicas, relojes con pulsómetros y más adrenalina en el ambiente que libros en la biblioteca nacional. Yo, en contrapartida:
- Cuerpo fibroso: 0
- Mallas ajustadas-piernas depiladas: 1
- Camiseta térmica: 0 que tengo la piel fatal y sólo puedo usar algodón100%
- Pulsómetro: 0, que mucho Garmin, mucho Garmin, pero en las ocasiones que lo necesito muere y no funciona.
- Adrenalina: pues aquí por comparación con el resto tendría que darme 0 puntos, porque más que adrenalina yo tenía ganas de huir, pero voy a ser generosa y me doy 0,5
Así que si el máximo son 5 puntos yo he obtenido una puntuación de 1,5. Eso es suspenso ¿no?
Pero una no se amedrenta con nada y mi filosofía es: ya que estoy aquí hagámoslo lo mejor posible. Pues eso, ya con los dorsales, el Spor-ident y habiendo dicho adiós a Maridín que salió media hora antes que yo, me dispuse a esperar mi salida con mi compañera de batalla, Pilar, y Paqui que se nos añadió a última hora.
En estas carreras lo primero que hay que hacer es mirar el mapa un ratito y decidir tu estrategia, ¿yo lo hice? NO. Espero haber aprendido para las próximas. Hala, a correr, a buscar balizas. La primera fue muy interesante. Un rato antes en casa yo había sacado de mi bolsita de primeros auxilios que siempre me acompaña en todo tipo de salidas desde que me perdí, la linterna porque pensé: A las 12 de la mañana en Toledo no creo que me haga falta. Craso error, amigo Sancho. La primera baliza se encontraba en ¿el Sismógrafo? cerca del puente de Alcántara, un lugar en el que no se veía ni cachipún y, en el que me adentré guiada por las linternas de los otros equipos. No está mal, consigo robar luz y resulta que al llegar a la baliza mi famosa tarjeta, con la que tengo que marcar mis puntos no funciona. Así que ni corta ni perezosa arranco el número de la baliza de su bolsita. Andado cinco pasos y viendo que mi luz se marchaba pienso: no puedo dejar sin número a la baliza, este papel no es de los que tengo que coger, seguro que hay otros papelitos por ahí tirados, sí, sí, búscalos sin luz. Espero, hasta que aparece otra chica, que me da directamente su linterna para que yo la guíe. Eso tuvo su gracia. Por fin encontré el papelito dichoso en el suelo y pudimos salir de allí.
Seguimos corriendo hasta la siguiente baliza, al lado del Parador, después en la orilla del Tajo y más tarde sorteando los CACTUS ASESINOS de Sta. Mª de la Cabeza para acercarnos a la zona de escalada. Yo a intentarlo. Los monitores, más majos... el que me aseguraba me prometió que ese día todavía no se le había caído ninguno, que estuviera tranquila, je, je. Como no conseguí terminar la escalada (me quedé a la mitad, Buaa, buaa,) todos superpreocupados por mí, pero estás bien?, vale, un poco frustrada por ser tan gansa pero bien, tranquis.
Y seguimos, ahora el puente de San Martín, el mirador de Virgen de Gracia, al Palacio de Fuensalida y llegada al Tránsito. Todo esto con parada en bar para tomar Trina e ir al baño, que no todo va a ser correr y correr. En el Tránsito prueba de habilidad: tienes que tirarte hasta el río desde allí, saltando la valla, en uno de los árboles de la orilla hay un folio con 20 imágenes de las cuales has de memorizar 15, subir y repetirlas a la monitora de turno. Pilar no se anima a bajar: esto está muy empinado, pero Paqui (a pesar de su operación de hombro) baja conmigo feliz y contenta. Nos piden, los que suben, que no les hablemos, que se nos distraen. Nosotros hacemos lo propio, bajamos memorizamos, me dispongo a subir, pero mi compi no está preparada: "es que si no camino no puedo memorizar". Así que espero, vuelta p' allá, vuelta p' acá. Es curioso ver cómo la gente memoriza una lista: yo fácil, uno las iniciales, formando otra palabra que me sea fácil recordar y listo. Mi compañera se inventó una canción y otro chico al que oímos contó una historia en las que estaban incluidas las palabras en cuestión...
-Agus: Yo en cambio me aprendo las palabras que es en lo que consiste.
- María: Pues eso no tiene gracia
Visita a la plaza de Sta. Clara, un callejón cerca del Alcázar, cuesta del martes y nos dirigimos a nuestra última baliza cerca del río... y al KAYAAAAAAK
Je, je, todavía lo recuerdo y no puedo evitar la sonrisa. Cada vez que le cuento algo a Agus del asunto terminamos los dos riéndonos a tutiplén.
Pasadas nuestras reticencias iniciales a montarnos en un kayak embarrado y anegado nos encontramos en la orillita con unas instrucciones claras: Haced los movimientos a la vez. ¡Qué ilusos!
Pues eso, que el tramo era de 4 Km pero yo calculo que nosotras haríamos unos 6, más o menos, que ya que nos ponemos... ni un rato derechitas, imaginaros, todo el Tajo con barquichuelas dejando una estela clara y recta detrás de ellas... y la nuestra: p'allá, p'acá. Yo, sin cortarme, gritando al resto ¿qué cómo se hace esto? Todos: a la vez, a la vez. Ya nos explica uno que para girar la de atrás tiene que clavar su pala en el agua y la de delante remar: ¡pues haberlo dicho antes!
Al menos así conseguimos saber cómo porras podíamos volver a enfilar nuestro destino para 1 segundo más tarde volver a perderlo. Con más pena que gloria llegamos a nuestro primer punto (es que habían puesto 2), con algo más que morro les pedimos a las últimas que nos adelantaron que nos picaran, porque, claro, había que bajarse del chisme ese, luego volverse a montar,... y todo esto sin ayuda como que no nos sentíamos muy capaces.
Nos dicen las chicas: para dar la vuelta de forma más rápida poned los remos una hacia delante y otra hacia atrás y remad en direcciones enfrentadas ¿qué? Probamos, ¡un desastre!, no íbamos hacia ningún lado, al final Pilar: ¿qué, clavo?, sí, sí que esa técnica ya la tenemos dominada, y vuelta p'allá, y vuelta p'acá.
Conseguimos ponernos rumbo de nuevo, veo unas rocas en medio, nosotras directas hacia ellas, Yo, ilusa, seguro que con la práctica que ya llevamos las esquivamos. Je, je, yo creo que fue el único momento que fuimos directas.
Encalladas en medio del Tajo. Para habernos hecho una foto. Me veía vadeando el río o planeando encima de mí el helicóptero de la Guardia Civil al rescate. Entre el ataque de risas salimos de allí como pudimos. Y más de lo mismo, con la esperanza de que la vuelta resultara más fácil (al volver iríamos a favor de la corriente) llegamos debajo del puente de la circunvalación, una corriente de muerte. Por más que nos dejábamos los riñones, los brazos, y el alma, de allí no nos movíamos. como si nos hubieran anclado.
Después de uno o dos minutos de agonía salimos de allí, volvimos a engañar a unos para que nos picaran y vuelta al inicio. Y más de lo mismo. Unas canciones para amenizar la bella estampa que estábamos protagonizando, unas risas más y un intento por parte de Pilar de remar ella sola porque no daba crédito a nuestros voy, vuelvo, voy, vuelvo (y por el camino yo me entretengo). Me dice: Es que no entiendo porqué estamos todo el rato girando, déjame remar sola.
Yo, claro, claro, ánimo. Se pone manos a la obra y dar tres giros a nosotras mismas fue todo uno, yo ya no podía más ¡y sin un baño al lado! "Si soy yo la que gira". " Yo por si acaso no lo intento."
Pero todo tiene su fin y esto también. Llegamos, bajamos y nos seguimos riendo un rato largo sobre nuestra maravillosa capacidad de remeras, Vamos que no tenemos precio.
Y la meta. Esperar a los chicos y vuelta para casa, a la rutina diaria. El 5 de Mayo tengo otra, No sé si lo del Kayak lo repetiremos pero la experiencia fue única. Un rato a reír como aquél relaja mucho.