viernes, 4 de mayo de 2012

I duatlon Fernando de Rojas o de cómo subirse a una caja de cartón



Creo que ya he dicho alguna vez lo divertidas que son las pruebas de aventura/RAID u orinetación. Para que os hagáis una idea. Merece la pena pasar las calamidades de un duatlon en la puebla, con su lluvia, sus saltos, sus sobresaltos, y su exposición pública al escarnio con tal de preparar una gymkana por el campo.



Lo pasé nada mas que regular, sobre todo en la sección de bicicleta, y vuestro paisano al que acompañe durante buena parte de la prueba no ayudaba mucho, en cuanto aparecía una cuesta, apretaba y me sacaba de ritmo, una especie de Alfredo en el Calvitero. Esto es como quitarte del café diario (¡qué tentación!), para poder pegarte unas buenas vacaciones en una autocaravana. ¿se entiende la comparación?

Ah, y no os olvidéis de que en la puebla, ser pueblano está muy valorado, y no te vas nunca de vacío, los azulejos que no se pueden vender te los encasquetasn con el logo de la prueba. Y vuestra suegra se pasará una semana hablando de lo majo que es su yerno, que sí, que no vive en la puebla, pero y ¡lo majo que es!

viernes, 13 de abril de 2012

El Raid

Vale, vale, Maridín ha quedado quinto y ahora está que no hay quién le tosa. Pero... ¿y lo bien que yo me lo pasé?, ¿eh?


Chicos, sin parangón, sólo recuerdo una vez en la que me reí tanto y fue cuando Isa Gutierrez nos contó un rifi-rafe entre Juan Triviño y Lolita, pero esa es otra historia.


Ésta comienza el sábado 24 de marzo, como siempre mi vida va a matacaballo y casi pienso las cosas cuando las tengo encima. En esta ocasión también ocurrió así y sin quererlo me encontré a las 11:00 rodeada de cuerpos fibrosos, mallas ajustadas, camisetas térmicas, relojes con pulsómetros y más adrenalina en el ambiente que libros en la biblioteca nacional. Yo, en contrapartida:
  • Cuerpo fibroso: 0
  • Mallas ajustadas-piernas depiladas: 1
  • Camiseta térmica: 0 que tengo la piel fatal y sólo puedo usar algodón100%
  • Pulsómetro: 0, que mucho Garmin, mucho Garmin, pero en las ocasiones que lo necesito muere y no funciona.
  • Adrenalina: pues aquí por comparación con el resto tendría que darme 0 puntos, porque más que adrenalina yo tenía ganas de huir, pero voy a ser generosa y me doy 0,5
Así que si el máximo son 5 puntos yo he obtenido una puntuación de 1,5. Eso es suspenso ¿no?
Pero una no se amedrenta con nada y mi filosofía es: ya que estoy aquí hagámoslo lo mejor posible. Pues eso, ya con los dorsales, el Spor-ident y habiendo dicho adiós a Maridín que salió media hora antes que yo, me dispuse a esperar mi salida con mi compañera de batalla, Pilar, y Paqui que se nos añadió a última hora.

En estas carreras lo primero que hay que hacer es mirar el mapa un ratito y decidir tu estrategia, ¿yo lo hice? NO. Espero haber aprendido para las próximas. Hala, a correr, a buscar balizas. La primera fue muy interesante. Un rato antes en casa yo había sacado de mi bolsita de primeros auxilios que siempre me acompaña en todo tipo de salidas desde que me perdí, la linterna porque pensé: A las 12 de la mañana en Toledo no creo que me haga falta. Craso error, amigo Sancho. La primera baliza se encontraba en ¿el Sismógrafo? cerca del puente de Alcántara, un lugar en el que no se veía ni cachipún y, en el que me adentré guiada por las linternas de los otros equipos. No está mal, consigo robar luz y resulta que al llegar a la baliza mi famosa tarjeta, con la que tengo que marcar mis puntos no funciona. Así que ni corta ni perezosa arranco el número de la baliza de su bolsita. Andado cinco pasos y viendo que mi luz se marchaba pienso: no puedo dejar sin número a la baliza, este papel no es de los que tengo que coger, seguro que hay otros papelitos por ahí tirados, sí, sí, búscalos sin luz. Espero, hasta que aparece otra chica, que me da directamente su linterna para que yo la guíe. Eso tuvo su gracia. Por fin encontré el papelito dichoso en el suelo y pudimos salir de allí.

Seguimos corriendo hasta la siguiente baliza, al lado del Parador, después en la orilla del Tajo y más tarde sorteando los CACTUS ASESINOS de Sta. Mª de la Cabeza para acercarnos a la zona de escalada. Yo a intentarlo. Los monitores, más majos... el que me aseguraba me prometió que ese día todavía no se le había caído ninguno, que estuviera tranquila, je, je. Como no conseguí terminar la escalada (me quedé a la mitad, Buaa, buaa,) todos superpreocupados por mí, pero estás bien?, vale, un poco frustrada por ser tan gansa pero bien, tranquis.

Y seguimos, ahora el puente de San Martín, el mirador de Virgen de Gracia, al Palacio de Fuensalida y llegada al Tránsito. Todo esto con parada en bar para tomar Trina e ir al baño, que no todo va a ser correr y correr. En el Tránsito prueba de habilidad: tienes que tirarte hasta el río desde allí, saltando la valla, en uno de los árboles de la orilla hay un folio con 20 imágenes de las cuales has de memorizar 15, subir y repetirlas a la monitora de turno. Pilar no se anima a bajar: esto está muy empinado, pero Paqui (a pesar de su operación de hombro) baja conmigo feliz y contenta. Nos piden, los que suben, que no les hablemos, que se nos distraen. Nosotros hacemos lo propio, bajamos memorizamos, me dispongo a subir, pero mi compi no está preparada: "es que si no camino no puedo memorizar". Así que espero, vuelta p' allá, vuelta p' acá. Es curioso ver cómo la gente memoriza una lista: yo fácil, uno las iniciales, formando otra palabra que me sea fácil recordar y listo. Mi compañera se inventó una canción y otro chico al que oímos contó una historia en las que estaban incluidas las palabras en cuestión...

-Agus: Yo en cambio me aprendo las palabras que es en lo que consiste. 


- María: Pues eso no tiene gracia

Visita a la plaza de Sta. Clara, un callejón cerca del Alcázar, cuesta del martes y nos dirigimos a nuestra última baliza cerca del río... y al KAYAAAAAAK


Je, je, todavía lo recuerdo y no puedo evitar la sonrisa. Cada vez que le cuento algo a Agus del asunto terminamos los dos riéndonos a tutiplén.


Pasadas nuestras reticencias iniciales a montarnos en un kayak embarrado y anegado nos encontramos en la orillita con unas instrucciones claras: Haced los movimientos a la vez. ¡Qué ilusos!


Pues eso, que el tramo era de 4 Km pero yo calculo que nosotras haríamos unos 6, más o menos, que ya que nos ponemos... ni un rato derechitas, imaginaros, todo el Tajo con barquichuelas dejando una estela clara y recta detrás de ellas... y la nuestra: p'allá, p'acá. Yo, sin cortarme, gritando al resto ¿qué cómo se hace esto? Todos: a la vez, a la vez. Ya nos explica uno que para girar la de atrás tiene que clavar su pala en el agua y la de delante remar: ¡pues haberlo dicho antes!


Al menos así conseguimos saber cómo porras podíamos volver a enfilar nuestro destino para 1 segundo más tarde volver a perderlo. Con más pena que gloria llegamos a nuestro primer punto (es que habían puesto 2), con algo más que morro les pedimos a las últimas que nos adelantaron que nos picaran, porque, claro, había que bajarse del chisme ese, luego volverse a montar,... y todo esto sin ayuda como que no nos sentíamos muy capaces.


Nos dicen las chicas: para dar la vuelta de forma más rápida poned los remos una hacia delante y otra hacia atrás y remad en direcciones enfrentadas ¿qué?  Probamos, ¡un desastre!,  no íbamos hacia ningún lado, al final Pilar: ¿qué, clavo?, sí, sí que esa técnica ya la tenemos dominada, y vuelta p'allá, y vuelta p'acá.


Conseguimos ponernos rumbo de nuevo, veo unas rocas en medio, nosotras directas hacia ellas, Yo, ilusa, seguro que con la práctica que ya llevamos las esquivamos. Je, je, yo creo que fue el único momento que fuimos directas. 


Encalladas en medio del Tajo. Para habernos hecho una foto. Me veía vadeando el río o planeando encima de mí el helicóptero de la Guardia Civil al rescate. Entre el ataque de risas salimos de allí como pudimos. Y más de lo mismo, con la esperanza de que la vuelta resultara más fácil (al volver iríamos a favor de la corriente) llegamos debajo del puente de la circunvalación, una corriente de muerte. Por más que nos dejábamos los riñones, los brazos, y el alma, de allí no nos movíamos. como si nos hubieran anclado. 


Después de uno o dos minutos de agonía salimos de allí, volvimos a engañar a unos para que nos picaran y vuelta al inicio. Y más de lo mismo. Unas canciones para amenizar la bella estampa que estábamos protagonizando, unas risas más y un intento por parte de Pilar de remar ella sola porque no daba crédito a nuestros voy, vuelvo, voy, vuelvo (y por el camino yo me entretengo). Me dice: Es que no entiendo porqué estamos todo el rato girando, déjame remar sola.


Yo, claro, claro, ánimo. Se pone manos a la obra y dar tres giros a nosotras mismas fue todo uno, yo ya no podía más ¡y sin un baño al lado! "Si soy yo la que gira". " Yo por si acaso no lo intento."


Pero todo tiene su fin y esto también. Llegamos, bajamos y nos seguimos riendo un rato largo sobre nuestra maravillosa capacidad de remeras, Vamos que no tenemos precio. 


Y la meta. Esperar a los chicos y vuelta para casa, a la rutina diaria. El 5 de Mayo tengo otra, No sé si lo del Kayak lo repetiremos pero la experiencia fue única. Un rato a reír como aquél relaja mucho. 


jueves, 12 de abril de 2012

Vuelta a "El arenal"



 Hay vida mas allá del grupo.

Después de muchos frustrados intentos de acercarnos al monte, y una vez desechada la idea de pisar nieve esta temporada. Cuando menos te lo esperas va y salta la liebre.

"¿Por qué no nos acercamos mañana al monte?" "pues nos acercamos".





Y allí nos ves, el domingo (11 de marzo) vuelta a madrugar, viaje hasta el sur de gredos, parada en el collado del centeno y subida al puerto del arenal, por la cuerda hasta el puerto del Pico, y vuelta por la pequeña ruta de la Rubia.


Somos un poco flojos y nos encontramos cansados, por eso aprovechamos estas escapadas para descansar. Salir de la rutina, tomar perspectiva, vencer la pereza, sentir tu cuerpo, ¿estar vivo?




Un sol esplendido, una temperatura agradable y un camino más o menos conocido.
La subida al puerto es parte de la ruta inversa que realizamos a principio de año, un paseo rápido primero por pistas y una vez en el refugio por la calzada, cómoda y elegante,


Las vistas de Gredos siempre espectaculares
 desde el puerto giramos al este por la cuerda, subimos por Las Morillas y La Fría, 
Lo dicho, las vistas espectaculares, con la Mira al fondo
continuando por ella hasta situarnos encima del puerto del Pico, en medio, un paraje casi desolador la cara sur de Gredos devastada por el incendio y un cortafuegos que sirve de pista.

Desde arriba se observa el objetivo, pero no se ve ningún sendero, camino o hito con continuidad. ¿Soy el único, o hay alguien más que piensa que los hitos en gredos son formaciones endémicas sin otro objetivo que adornar el paso?. Tan pronto te encuentras veinte juntas sin una dirección clara, o elementos aislados en medio de ningún sitio y con ninguna continuidad.

Pues eso, aunque no se tenga una visión completa de la bajada, no parece que tenga dificultad, a parte del desnivel, la piedrecilla suelta, la ausencia de marcas, los troncos cruzados, y las cabras. EN POCO MÁS DE KILÓMETRO Y MEDIO 433M DE DESNIVEL... ¡ LA MUERTE! De vez en cuando aparece un hito, una sombra de un camino, pero o somos muy torpes, o son espejismos, porque enseguida volvemos al "yo creo que por aquí". 
En 40 minutos estamos comiento un bocadillo a los pies de otro recurrente monumento a los caídos.

Muy sorprendente el camino desde el puerto al arenal. La PR-AV-15, una senda muy entretenida, una verdadera lástima la pérdida del bosque, porque sería un recorrido muy recomendable para cualquier época.



El colofón fue a la llegada al coche. (Como sabéis, lo mejor del monte es quitarse las botas) Hasta la próxima, que no tardará.

lunes, 30 de enero de 2012

Alfredoooo!, que yo mejor ya me voy bajando, ¿eh?

o Crónica de un sueño cumplido.

Desde que Laura aprendió el significado de la palabra escalar, siempre que vamos al monte se enfada con nosotros porque eso de subir sólo con los pies no mola nada y nos da la murga: ¡Yo lo que quiero es escalar!. El último paseo que dimos al Mugarra fue con la promesa de que al final había que trepar un poco, después de hacer cima, bajó con un cabreo... ¡Esto ni es escalar ni es nada! Pero le prometimos que algún día lo haríamos. Y ese día llegó.

El día anterior, Leire había estado un poco pachucha, con dolor de garganta, apenas hablaba, sólo se le oía decir por lo bajini: "No, no me puedo poner mala, por favor, no me puedo poner mala".
Yo preocupada, hija, estás bien ¿verdad?, que ya veía yo que nos quedábamos sin excursión. Pero la mente humana es poderosa (las defensas de Leire también) y el sábado nos levantamos todos con una sonrisa para acudir a la cita.

Por el camino me entero de que vamos a ir al Pantano de S. Juan, donde yo disfruté durante 4 años de mi infancia. Se me saltan las lágrimas, la nostalgia acude a mi corazón,... pero me dura poco, que con 3 niños en el asiento de atrás os aseguro que no hay mucho tiempo para pensar en tí.

Y asín, entre papá no corras y ¡ay que me mareo! nos encontramos con la plaza de toros de San Martín y con Isa y Alfredo. Y hala, tos pa'lmonte.

Llegamos. Miramos y el Alfredo: que ponte este arnés, que Isa asegúrame,  que pásame esos pies,... ¿quién sube 1º?



No hubo problemas por decidir quién iba, Laura tenía ya colocado los pies de gato, el arnés, el casco y las ganas casi antes de llegar. Y allá que se lanzó. Éxito hasta la 1ª parte
 , luego Nico, que tampoco lo hizo mal. (A ver, tened en cuenta que soy su madre, seguro que Alfredo piensa de otra manera)








Y Leire,... subió, miró y se quedó un rato agobiada porque no sabía cómo bajar. Al final rompió a llorar.
Uno de los chicos que estaban al lado, le comentaba al otro: "Yo entiendo a la cría, no lloré la 1ª vez que tuve que bajar porque me daba vergüenza,... ¡ay pobre!"



Pero luego bajó, la consolamos y cuando estuvo más tranquila lo 1º que dijo fue: "Luego subo otra vez". En fin, la adrenalina es lo que tiene.

Después Isa, que a mitad de camino gritó eso de Alfredoooo, yo mejor me voy bajando eh?, y Alfredo que no, que subas un poco más, venga que tú puedes, Isa, que no, que no, que yo ya me bajo. Y se bajó.

Más tarde Agus culminó con éxito, yo veía que el turno se me acercaba y no sabía dónde meterme, menos mal que se nos había olvidado nosequé en el coche y me ofrecí generosa a hacer el recado. Pero eso era sólo alargar la agonía. Ayhhhh!!! lo peor era el miedo al ridículo, una que es más tonta,... Hay cosas que no se pueden evitar y esto ya era como el los encierros, ya que viene la vaquilla habrá que correr, que no hay más remedio. Pues eso, que con los pies de gato puestos y los ojos de mis hijos en mi cogote no pude hacer otra cosa que subir el pie p'arriba y luego la mano, y luego el otro pie,... y así llegué hasta donde Isa y yo me uní al grito de guerra: Alfredo que yo mejor me voy bajando ¿eh?

Pero chicos, ahí no se quedó la cosa, que estuvimos toda la mañana pegándonos por ponernos el arnés y quitándonos el sitio unos a otros (sobre todo Laurita, que si la hubieramos dejado todavía andaría colgada)

En fin, el caso es que la siguiente vez que subimos no nos conformamos con quedarnos a la mitad y subimos todos (a excepción de Leire) así de felices.






...fue un día espectacular, ahora cada vez que vea una roca la miraré con otros ojos, pensaré en la posibilidad de subirla por ahí, o no, mejor por ese otro lado.

Comida a las 4 de la tarde, que para una vez que vamos a escalar no lo íbamos a dejar a las 2. Al final del día, ya en casa, escribí a Alfredo para darle las gracias de parte de los niños y para preguntarle (también de su parte) si lo podíamos repetir. Me contestó que sí y teníais que haber visto la cara de Laura: se le iluminó la cara con una sonrisa de oreja a oreja con los ojos como platos y sólo pudo articular una palabra: 

¿MAÑANA?

martes, 10 de enero de 2012

4 y acción

¿Vosotros sabéis lo duro que es organizar algo para un grupo, esforzarte para satisfacer sus expectativas, buscar lugares comunes donde todos coincidan, gratis, y recibir a cambio quejas, deserciones y desprecios?

Pues lo contrario es justo lo que pasa cuando nos proponemos ir al monte. Cada nueva propuesta es acogida con mayor entusiasmo, todos intentando conseguir liberarnos para disfrutar de una nueva jornada montañera.

Confieso que tengo un cierto prurito por pisar nieve, pero este invierno seco no está propiciando el encuentro, así que haciendo de la necesidad virtud, acortamos el viaje y retomamos aquellas rutas que teníamos pendientes otra vez en el sur.

El Arenal es otro pueblo abulense donde no me importaría que me regalaran una casa, chicos mi cumpleaños está cerca.

Primera escena: Los cuatro a las siete de la mañana discutiendo en que coche vamos. "el mio que es más grande", "no, el mio que no tiene chicles en los asientos", "no, el mio que es más rápido", "¿rápido?, y ¿quién soporta el ruido que hace".

Segunda escena: Los cuatro hablando MAL de los que no han venido. Chicos, sí, en vuestra ausencia aprovechamos para hablar mal de vosotros, la próxima vez pensaros muy mucho quedaros en casa calentitos.

Tercera escena: ¿ya hemos llegado?. Si todavía es de noche. Sal tú, que hace mucho frio. ¡Oye que yo estoy en mi coche!

Cuarta escena: Si os estáis poniendo las botas, cambiando los pantalones, guardando las cosas en la mochila, ¿qué es lo que habéis hecho en vuestra casa?

Quinta escena: "Hoy llevo yo el GPS". y entonces nos damos un paseo por el pueblo antes de encontrar el camino hacia el puerto de la cabrilla. Ante la mirada estupefacta de la población local. "Si hubierais subido las veces que yo, se sus quitaban las ganas"

Sexta escena: Es ver delante a una pareja de cuarentones Ciudarealeños y María adelanta a la Isa, y va descolgando miembros de la cordada, Contador a su lado un pringao. Llegamos al puerto, 2000m (el Arenal 900m) del tirón, sin anestesia y sin aliento.

Séptima escena: esta nos quedó bien. Parada a almorzar. (Nota. Recordadme que no quedemos después de un día de fiesta, el condumio baja de calidad estrepitosamente).

Octava escena: esta también es un clásico. "Seguid, seguid, que voy a parar a mear", "y tu, ¿nunca meas?"







Novena escena: Plano secuencia bajando entre castañares y pequeñas hogueras quemando las hojas caídas de los castaños.









Décima escena: ¿repetimos el mismo paseo de salida a la llegada? No, ya va Alguien a por el coche, mientras el resto espera en la plaza y selecciona un bar.

Última escena: Una plaza, tres bares, cuatro indecisos. Solución, en el bar de los jóvenes dejamos la basura, en el de los hombres nos tomamos la jarra de cerveza, y en el de las mujeres una caña.

Cerramos con un fundido a negro, en el coche solo hablaba el locutor de Kiss FM, con unos roncos sonidos de fondo.

P.D. Tranquilos, a la vuelta ya nadie se acuerda de hablar mal de otros.



lunes, 9 de enero de 2012

La Mira

Otra vez la Mira

Durante el largo tiempo de crianza habíamos abandonado la idea de enfrentarnos a Gredos desde su vertiente sur, el primo de Zumosol impresiona, porque si lo miras desde abajo parece que se te va a caer encima y se te quitan las ganas de acercarte.

Ahora que vamos creciendo parece mas guapo que grande, y siempre encuentras la forma de acercarte a su lado mas tierno. Ya llegará el momento de vencer su lado mas radical.

Y así es como otro sábado, temprano, con prisas, y con un tiempo de perros, nos acercamos a Guisando con el propósito de alcanzar la Mira y disfrutar de una excursión por el campo.

El sábado (10-12-11), como toda la semana, amanece según el pronóstico, cubierto, nubes bajas y alta probabilidad de lluvia. Es llegar a la plataforma que da acceso a la mira y salirte de las nubes, buen comienzo. Por encima también hay nubes, pero bastante menos densas, y hasta que el sol alcance su altura vamos a necesitar la crema protectora.



Subimos por el camino empedrado, parando cada poco a quitarnos ropa, ahora un guante, luego una chaqueta, ahora el gorro, después el otro guante, adelantamos a un grupo de cuarentañeros que habían salido antes que nosotros de la cabra,


y Agustín me va preparando: 


  • "Subir y bajar por el mismo sitio es un poco rollo, ¿no?", "alguien me ha comentado que la subida al refugio por la apretura es más fácil que por las zetas",

Yo:

  •  "Bueno, ya veremos, que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".



Mientras disfrutando de ver toda la meseta bajo la niebla.

Así, entre ponte bien y estate quieta nos acercamos a la Apretura, a la izquierda un camino que asciende por la montaña en unas cómodas zetas. A la derecha un to pa'rriba con un cartelón maravilloso que informaba: "Camino peligroso, riesgo de desprendimientos" ¿qué por dónde fuimos? cuando me quise dar cuenta estaba agarrada con un brazo a una roca, con el otro a unas hierbas, con los pies colgando en el vacio buscando donde coger impulso para patearle el culo al de la idea cachonda. Y así siempre para arriba. 


Parada a almorzar un poco de chocolate, fruta y golosinas cerca del refugio, y con fuerzas a superar la cuestecita hasta la puerta de acceso a la Mira. Sigue el sol arriba y las nubes abajo.


Superamos el portillo y aparace la campa de la Mira nevada, "¡vamos a pisar nieve!", 

Yo:

  • yo por ahí no paso, que no hemos traído crampones

Maridín:

  • Venga si apenas hay desnivel, comenzamos a andar y ya veremos

Yo,

  •  que no, que no he hecho ninguna promesa al Cristo de mi pueblo...


Resultado, nieve helada, Maridín pa'lante y yo que me lo como. He de reconocer que se convirtió en un paseo entretenido, y la vuelta cuesta abajo mucho más (con caída propia incluida).




En la Mira, tocamos y nos volvemos, no es tarde, pero hace fresco, las nubes empiezan a oscurecer el cielo y Agustín se pone pesado con que quiere comer en un sitio calentito.

¿soy la única? nunca encuentro a la primera el acceso a al bajada al refugio, cualquier día me "enrisco".  

Adios a la nieve, pensando en el bocadillo y de repente empiezan a caer copos de nieve, ni en un anuncio de Coca Cola las cosas salen tan bien. Es solo un momento, no da tiempo a que el suelo se moje, era para la foto.


Según bajamos nos acordamos de la caida de aquella mujer en la anterior bajada, hoy nos parece practicamente imposible, y en estos pensamientos nos cruzamos con una pareja de atletas que suben rápido y que más adelante en su bajada nos pasaran corriendo. Me tiene que agarrar Agustín porque ya estaba lanzandome detrás de ellos.


 Vuelta al camino de las losas amarillas, y otro día de montaña estupendo y repetible, ahí a una hora de casa.

 A pesar de la calidad de las fotos sólo el verlas para recordar aquél día merecen la pena, ¡Qué bonito estaba Gredos! ¿o no?



martes, 6 de diciembre de 2011

El Alto Tajo

22-23 Octubre de 2011

¿Cúanto tiempo se necesita para crear una tradición?
En esta familia basta con hacer algo y tener voluntad de repetirlo.
Aunque en este caso estamos hablando de la 3ª edición de la tradicional escapada de un fin de semana al año sin niños.

¿Qué haríais si os escaparais una vez al año un fin de semana?

2009 - Parador de Jarandilla, y salida en bici el Sábado.
2010 - Hotel rural en Alhama de Granada, subida a la Maroma y tarde en baños árabes. Domingo visita obligada a la Alhambra.

Parece que vamos perfilando el fin de semana, región interna, poco transitada, con salida al campo y sesión de relax.

Balneario Carlos V en Trillo.

Balneario: Lo que nos estamos gastando en los jubilados y encima que lo disfruten delante de tus propias narices.

Carlos V: Está de moda, pero yo no lo ví.

Trillo: ¡Qué espabilados los de las eléctricas! Sitio chulo, muy chulo, con sus cuestas, sus calles empedradas, sus encinares, sus caminos, y su río y todo. ¡Pedazo de río! ¡Ojala tuviéramos uno así en Toledo!

AGUS: El viernes paseamos por el pueblo, abandono a María para irme a correr por esos caminos de los que os hablaba antes, y sesión de chorros de agua, saunas y cena romántica. No os habéis fijado la calidad de las nuevas dentaduras postizas, no se mueve ninguna, y no será por falta de uso.

El Sábado visita al alto tajo:

MARIA:El Hundido de Armallones y el Pico Alar cerca de nuestra base de operaciones. A pesar de la distancia 18 Km. y del perfil, que en principio me echaba para atrás

Elevation Profile

el paseo fue estupendo, así que no, rotundamente hoy no lloraré en este blog sobre mis desgracias¡Ah, las sorpresas de la naturaleza!



... que no me refiero a mi queridín como una sorpresa de la naturaleza, (¿o sí? interpretadlo como queráis), me refiero a las sabinas, quejigos, piedras, hundidos,...






Fue un paseo de lo más agradable. La temperatura estupenda, no frio, no calor,


El resumen: Salida desde Ocentejo, y recorrido paralelo al río por el hundido de Armallón, un curso encajonado con sus paredes, sus piedras colgando, y sus buitres, paso por unas viejas salinas, desconocía que la salinidad del tajo permitiera aprovecharlo para extraer sal, y vuelta por encinares, algunos pinos y algún campo de cultivo. Paramos a comer en un alto Pico Alar que sirve como mirador sobre el río. Es cursi, pero ¡qué bonito!, qué tranquilo y reconfortante. Cervezón en el pueblo, miel para casa y tarde en la piscina y la sauna.

La vuelta reservada para la nostalgia. Parada en Valdeconcha (el pueblo de mi padre), Pastrana y Chinchón.

Si algún día somos ricos, habrá uno de estos todas las semanas.